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Disminuyen expectativas de hallar sobrevivientes de tragedia minera en Brasil

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Disminuyen expectativas de hallar sobrevivientes de tragedia minera en Brasil
Hasta la tarde de este lunes la cifra oficial de muertos por la tragedia minera en Brasil había aumentado a 65

Los socorristas prosiguieron el lunes recuperando cadáveres de la tragedia minera del viernes en el sudeste de Brasil, sin abdicar de la esperanza de encontrar aún sobrevivientes en una zona que empieza a evaluar el impacto ambiental de la ruptura de un dique de la empresa Vale.

El número oficial de muertos aumentó este lunes de 58 a 65, en tanto que el de desaparecidos se redujo de 292 a 279. Según equipos de AFP que asistieron a la recuperación de varios cuerpos, el balance de víctimas fatales podría incrementarse considerablemente en próximos partes.

"Las posibilidades [de encontrar sobrevivientes] son muy pequeñas considerando el tipo de tragedia, que involucra lodo", dijo el teniente Pedro Aihara, portavoz de los bomberos de Minas Gerais.

Vale, presionada judicial y económicamente, disponibilizó centros de atención para los familiares de las víctimas y anunció el pronto de desembolso de 100.000 reales (26.600 dólares) para cada familia afectada.

Las operaciones de rescate se realizan desde el domingo por la noche con asistencia de 136 efectivos israelíes. La propuesta de ayuda del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fue aceptada por el mandatario ultraderechista, Jair Bolsonaro, que busca estrechar relaciones con el estado hebreo.

Tras la rotura del dique, el viernes a inicios de la tarde, torrentes marrones de residuos de minería y agua arrasaron casas, estructuras de la empresa y vehículos, tapándolos en segundos.

Brumadinho, un municipio de 39.000 habitantes a 60 km de Belo Horizonte (capital de Minas Gerais), amaneció en relativa calma. El domingo, una alarma accionada por el riesgo de desmoronamiento de otro dique provocó la huida de los aterrorizados vecinos de la mina Córrego do Feijao, epicentro de la catástrofe.

La humilde iglesia de colores claros, típica de esta zona central de Minas, es ahora un centro de comando de los diferentes cuerpos de rescate.

- LÚGUBRE RONDA DE HELICÓPTEROS -

También aterrizan aquí los helicópteros que van depositando los cadáveres con redes, en un impresionante relevo que esta tarde aumentó el ritmo, debido a que el barro se está secando: los rescatistas ven un cuerpo y avisan al helicóptero, que lo recoge y descuelga al lado de la iglesia.

De ahí pasa a un camión frigorífico y luego al Instituto de Medicina Forense.

Cubiertos por plásticos, es posible reconocer la forma de los cuerpos colgando del aire. Al lado de la iglesia, fuera del recinto donde están los equipos, tres hombres cavan tumbas en el modesto cementerio de Córrego do Feijão bajo un sol que hace la escena más dura, pero que es el mejor aliado de los rescatistas.

El lodo se apoderó de la región y los bomberos trabajan en condiciones difíciles, sobre barro y arenas movedizas de hasta 15 metros de profundidad, realizando excavaciones en busca de sobrevivientes o cuerpos. Cuanto más sólido sea el terreno, más rápido irán.

- INCERTIDUMBRE -

Al margen del lodo, cientos de personas continúan aguardando noticias de familiares y amigos.

En el centro de atención a familiares establecido por Vale en las afueras de Brumadinho los llantos interrumpen el silencio.

José Ferreira da Silva, un obrero de 55 años, aún tiene esperanzas de encontrar a su hijo, Josué Oliveira da Silva, trabajador de una empresa tercerizada de Vale, que había cumplido 27 años dos días antes de la tragedia.

No sabe nada de él desde la última vez que le llamó el jueves, como todas las noches.

"Él está en la lista de desaparecidos. Nuestra esperanza es que se haya desmayado", afirma, tratando de contener las lágrimas tras unas gafas oscuras.

Ha venido junto a su nuera, que llora desconsolada, y su esposa, pero no confían en las informaciones que les pasa Vale.

A él, que reside en la cercana Ibirité y ha vivido toda la vida en el campo, le gustaría que dejaran a las familias acercarse al área del desastre para colaborar en las búsquedas.

"Podríamos intentar colaborar, estamos desesperados", añade.

- "CRIMEN AMBIENTAL" -

El derrame de lodo y de residuos mineros que siguió a la rotura del dique avanzó hasta el río Paraopeba, afectando el suministro de agua potable de la aldea indígena Nao Xoha ("espíritu guerrero") a unos 20 km del complejo minero.

"Ayer [domingo] a las 4 de la mañana notamos que el río llegaba sucio y en la tarde comenzamos a ver peces muertos", dijo por teléfono a la AFP el cacique Háyó Pataxó Hã-hã-hãe.

La Fundación Nacional del Indio (Funai) acudió al lugar, donde viven 27 familias para llevar donaciones y prestar ayuda.

"Estamos en una situación muy seria (...). Dependíamos del río y el río murió. No sabemos qué hacer", dijo el cacique Háyó.

La secretaría de Medio Ambiente prepara un informe sobre la situación del río Paraopeba, informó la asesoría del despacho.

"Es muy preocupante, estamos viendo el avance de ese lodo tóxico, y la perspectiva es que avance 220 km hasta otro dique donde se dice que esos residuos mineros pueden ser represados (...) pero son proyecciones", dijo a la AFP Marcelo Laterman, geógrafo y portavoz de la campaña Clima y Energía de Greenpeace, que exige castigo para Vale por "este crimen ambiental".

- ACCIONES DE VALE SE DERRITEN -

Las acciones de la minera brasileña Vale se hundieron el lunes casi un 25%, en la primera sesión de la Bolsa de Sao Paulo desde la tragedia.

La justicia bloqueó 11.800 millones de reales (3.138 millones de dólares) y la empresa acumula multas por 449 millones de reales.

La represa no era usada desde hacía tres años y había sido verificada regularmente, según Vale.

Colaboración AFP

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