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Santo Domingo une a los nicaragüenses por unas horas

Miles de nicaragüenses realizaron este miércoles la popular procesión en honor a Santo Domingo de Guzmán, salvando las diferencias entre la Iglesia y la Alcaldía de Managua

Pese al temor a un posible enfrentamiento entre seguidores del gobierno de Daniel Ortega y opositores, tras más de tres meses de protestas y tensión política, miles de nicaragüenses realizaron la procesión en honor a Santo Domingo de Guzmán.

El momento de mayor tensión y expectativa se vivió cuando los cargadores de la imagen del "Minguito" se aproximaban al barco simulado (carroza en forma de nave montada en un camión), al que debían subir a su icono y en el que eran esperados por representantes de la Alcaldía, como es tradición. Sin embargo, pese al temor de los ciudadanos, la procesión se desarrolló en un ambiente festivo y el tan temido enfrentamiento no se produjo, reseñó EFE.

El santo de los capitalinos salió a tempranas horas de la mañana de la iglesia de Las Sierritas para ser trasladado al templo del mismo nombre del venerado "Minguito", como es conocido por sus fieles.

Al llegar a la carroza, los cargadores, entre aplausos, gritos de "sí se pudo" y de ánimo de la concurrencia, elevaron la imagen al barco, momento en el que la presión con la que habían hecho el recorrido se redujo y la caminata continuó con normalidad hasta su destino final.

Y así, entre rezos, música y bailes, los capitalinos olvidaron por unas horas la sangrienta crisis en la que se encuentra sumido el país desde el pasado 18 de abril, a consecuencia de unas reformas al seguro social planteadas por el presidente Daniel Ortega, y que ha dejado entre 295 y 448 muertos, según varios organismos humanitarios, cifra que el mandatario reduce a 195.

Históricamente el clero nombra al alcalde de Managua como mayordomo de las fiestas en honor de Santo Domingo de Guzmán por ser la autoridad que garantiza la seguridad, logística y recursos de la celebración, tradición que fue rota este año, debido a la incertidumbre que envuelve a Nicaragua, lo cual despertó el temor de los devotos.

La decisión se dio en medio de diferencias del Gobierno de Ortega y la Iglesia Católica, a cuyos obispos el presidente ha acusado de ser parte de un presunto "golpe de Estado", lo cual llevó a que la fiesta religiosa se celebrara por separado, rompiendo así la tradición.

La Iglesia Católica de Nicaragua optó, por primera vez, otorgar la mayordomía de la fiesta a dos sacerdotes, dejando de lado a la alcaldesa sandinista, Reyna Rueda.

Mientras, las autoridades han organizado actividades culturales, corridas de toros, vigilia en la vivienda de un antiguo tradicionalista ya fallecido donde se repartirán alimentos y bebidas y la elección de la reina de las fiestas, entre otros.

La tradición religiosa se remonta a 1885. Las fiestas en honor de Santo Domingo de Guzmán son populares y no patronales, pues el patrono de Managua es Santiago Apóstol, aunque no es celebrado con el mismo fervor.

A pesar de la atípica situación, nicaragüenses con trajes típicos y collares vistosos, calles adornadas con los tonos más diversos o fieles con la piel teñida en negro para representar al demonio o rojo para interpretar a los antiguos indígenas, resaltaron en las fiestas, que atraen cada año a más de 500.000 personas, cifra que se redujo este año por la actual coyuntura.

Las fiestas de Managua, que obligan a las autoridades a dar asueto en la capital nicaragüense, incluyen veladas, desfiles hípicos, corridas de toros, exhibición de carrozas, romerías dentro de la ciudad y misas, algunas de ellas canceladas este año debido a la crisis.

Las celebraciones se extenderán hasta el 10 de agosto, cuando una romería similar haga el recorrido de este martes a la inversa, para dejar la imagen de Santo Domingo de Guzmán en su sede en Las Sierritas.


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