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Telescopio James Webb de la NASA captó el flujo supersónico de una estrella recién nacida

Flujo supersónico de una estrella recién nacida | Foto: NASA.gov
Flujo supersónico de una estrella recién nacida | Foto: NASA.gov
La fotografía revela una serie de arcos de choque que se encuentran en el sureste y al noreste, así como también enseña el estrecho chorro bipolar que los impulsa.

El telescopio espacial James Webb de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) logró captar una impresionante imagen del flujo supersónico de una estrella recién nacida formada por vientos estelares.

La agencia espacial explicó que los objetos Herbig-Haro (HH) son unas regiones luminosas que rodean a las estrellas recién nacidas y que son formadas por vientos estelares o chorros de gas que dichas estrellas arrojan.

Las estrellas recién nacidas forman unas ondas de choque que al colisionar con gas y polvo cercanos a altas velocidades arrojan estos vientos estelares o chorros de gas.

La imagen captada por el telescopio James Webb muestra una salida de una protoestrella conocida como ‘Clase 0’, lo que vendría siendo “un análogo infantil de nuestro Sol cuando no tenía más que unas pocas decenas de miles de años y con una masa de solo el 8% de la actual”.

Por lo que esta imagen, capturada con infrarrojo, son poderosas, ya que permiten estudiar a las estrellas recién nacidas y sus flujos.

Según la NASA, “dichas estrellas invariablemente todavía están incrustadas dentro del gas de la nube molecular en la que se formaron. La emisión infrarroja de los flujos de la estrella penetra el gas y el polvo que oscurecen, lo que hace que un objeto Herbig-Haro como HH 211 sea ideal para la observación con los sensibles instrumentos infrarrojos de Webb”.

La fotografía revela una serie de arcos de choque que se encuentran en el sureste y al noreste, así como también enseña el estrecho chorro bipolar que los impulsa.

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“Webb revela esta escena con un detalle sin precedentes: aproximadamente de 5 a 10 veces mayor resolución espacial que cualquier imagen anterior de HH 211. Se ve que el chorro interior se "menea" con simetría especular a ambos lados de la protoestrella central”, añadió la agencia espacial.

Lo que quiere decir que concuerda con las observaciones a escalas más pequeñas, lo que sugiere que es una estrella no binaria no resuelta.

Observaciones anteriores indican que los telescopios terrestres han revelado arcos de choque gigantes que se alejan de la Tierra, así como otros que se acercan al planeta azul.

El grupo de científicos logró medir la velocidad con la que las estructuras de las estrellas salen en aproximadamente entre 48 a 60 millas por segundo, es decir, 80 a 100 kilómetros por segundo. Sin embargo, la velocidad difiere entre las salidas de flujo y el material principal con el que chocan.

Lo que hace también el telescopio James Webb de la NASA es que, con ayuda de las imágenes infrarrojas, atraviesa el gas y el polvo para poder captar mejor las emisiones de calor que arrojan los flujos de salida de la estrella, trazando de esa manera una especie de mapa con una estructura con un detalle sin precedente.

“Los investigadores concluyeron que las emisiones de las estrellas más jóvenes, como la del centro de HH 211, están compuestas principalmente de moléculas, porque las velocidades comparativamente bajas de las ondas de choque no son lo suficientemente energéticas como para dividir las moléculas en átomos e iones más simples”, concluye la NASA.


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